Lo ideal es que antes de comprar un vehículo sepas cuál es el tipo de transmisión que más se acomoda a ti, a tus necesidades y a tu estilo. Para identificar cuál es el indicado, te recomendamos que antes de comprar un vehículo aprendas a conducir. Acá te mostramos los beneficios y propiedades de cada una para que tomes una decisión informada.

Transmisión automática:

Los autos con este tipo de transmisión son ideales para aquellas personas que están aprendiendo a conducir, especialmente en ciudades congestionadas. Debido a que el auto no tiene embrague para hacer los cambios, el conductor puede concentrarse en la vía y maniobrar mejor ante imprevistos.

En este caso, los cambios de velocidad son realizados por comandos eléctricos y computarizados que responden a las revoluciones del motor, una tarea que en un vehículo de transmisión mecánica le corresponde al conductor. 

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Una experiencia de conducción más ligera

Este tipo de transmisión le brinda confianza al conductor debido a la facilidad de uso, pues básicamente solo tiene que operar el pedal que acelera y el que frena. Por otro lado, a través de una palanca sencilla y de cuatro posiciones se realizan diferentes operaciones, tales como manejar (D), parquear (P), poner en neutro (N) y dar reversa (R). 

Las transiciones entre los diferentes tipos de marcha son casi imperceptibles, por lo que transportarse en esta clase de vehículos es sinónimo de comodidad. En este sentido, la marcha cambia dependiendo de lo que el vehículo crea adecuado para el terreno por el que transita y la velocidad o presión que se ejerce sobre el acelerador. 

Para subir pendientes hace uso de comandos especiales que aprovechan el potencial del motor, por lo que no tendrás que preocuparte por algún percance mientras arrancas en subida. Además, otra de sus grandes ventajas es su poca propensión a averiarse, en comparación con los autos de transmisión manual.

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Transmisión Manual, mecánica o estándar:

Los vehículos que tienen este tipo de transmisión son ideales para aquellas personas que disfrutan tener el control de su vehículo. Se activa al presionar el pedal de pie conocido como “embrague”, el cual se ubica entre el motor y  la caja de cambios. Este es el encargado de transformar la energía del motor en movimiento al conectar el bloque con las ruedas y, por tanto, posibilita el cambio de velocidades. Además, su función principal es acoplar y desacoplar el giro del motor para transmitir un movimiento sincronizado.

Su estructura es más simple que la de un vehículo automático y, por tanto, más fácil de reparar. Además, es ideal para recorrer largas distancias, pues el conductor tiene mayor control de la marcha y, por tanto, su viaje será más eficiente. Muchos conductores se identifican con este tipo de transmisión, pues aseguran que, además de generar una gran conexión con el vehículo, estimula su experiencia al volante.

Si no sabes por cuál decidirte, debes saber que la mayoría de vehículos automáticos traen el modo manual, donde podrás hacer los cambios como si estuvieras conduciendo un carro con transmisión mecánica.  

Sea cual sea la que elijas, los hábitos que tienes al conducir son vitales para prolongar la vida útil de la caja. Te invitamos a que te informes sobre los diferentes comandos que el vehículo te ofrece para que puedas aprovechar todo su potencial al máximo.

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