Mitsubishi no deja de sorprender con sus nuevos vehículos, esta vez se trata de una reimaginación del Outlander, cortesía de la alianza entre Mitsubishi y Nissan. Este modelo tiene un estilo único, cuenta con sistema AWD (all wheel drive) en el volante y una versión híbrida enchufable.
El Outlander por dentro, un diseño novedoso
Este modelo asiático ha sido desarrollado bajo el concepto de diseño Japonés ‘‘I-Fu-Do-Do’’ cuya traducción significa ‘‘auténtico y majestuoso’’. Encontramos un diseño moderno y aerodinámico, con una parrilla frontal angular y faros LED.
En su interior presenta materiales de alta calidad y acabados mejorados a cada detalle. Cuenta con tres filas de asientos de serie, su salpicadero recibió un rediseño y posee una pantalla táctil de 12,3 pulgadas. Abajo de esta están ubicados los mandos de climatización, un mando giratorio para los programas de conducción y un cuadro de instrumentos digital de 9 pulgadas. En su tapicería encontramos asientos de cuero de calidad premium.
Mide 4.76 metros de largo, 1.82 metros de ancho y 1.68 metros de alto, la distancia entre los ejes es de 2.70 metros.
Rendimiento impecable
En su apartado técnico encontramos que la versión híbrida enchufable del Outlander PHEV tiene un motor de gasolina de 2.4 litros y dos motores eléctricos que proporcionan una potencia combinada de 222 caballos de fuerza. Tiene una batería de litio con capacidad de 12.8 kWh que permite un manejo autónomo de hasta 44 kilómetros. Además cuenta con modos de conducción ajustados a las necesidades del conductor. Los cuales son estilos de conducción híbridos, eléctricos y un sistema de tracción integral.
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En comparación al anterior Outlander observamos que Mitsubishi aumentó el tamaño del motor eléctrico del SUV. Renovó la capacidad de su batería y mejoró su sistema de caballos de fuerza.
Este modelo tiene el sistema S-AWC integrado, el cual controla la fuerza de conducción y frenado en las ruedas derecha e izquierda dependiendo de la forma de manejo del conductor y el comportamiento del carro teniendo como base la información de la velocidad de giro, el ángulo de dirección, la presión del frenado y la velocidad de rueda. Así se regula la división en par de las ruedas y posee un sistema diferencial delantero activo para un tren motriz 4WD. Mejorando la precisión del vehículo para trazar la línea elegida tanto en las curvas como en el cambio de maniobras de cambio de carril.
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